Te guardas mis silencios, para coronar mis espinas, saborear las heridas que abres con mentiras.
Te robas mis pupilas para teñirlas de sol, medio ciega y medio muda, para seguirte donde vayas.
Me quieres muñeca, flor, desierto febril, noche estrellada, me quieres arcilla.
Arrancas así mis gritos de los más profundos miedos, de mis soledades y fantasmas te has hecho mejor amigo.
Vas matando mi vida cuando dijiste que me revivirías, vas carcomiendo el amor que dijiste bendecir.
Y así te voy soltando la mano, dulce amante mío, por que hasta los más hermosos sueños, han de volverse pesadillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario