Lo he visto por la ventana... ¡Ah no!, sólo era una sombra, de aquellas que aparecen en las noches con su aliento de pena, suelen traen recuerdos y gustos amargos, a veces las invito a entrar, nos bebemos una copa aromatizando el cuarto con el cigarrillo que he dejado encendido, es el aroma que acompaña su beso cuando no me miran más.
A veces son sombras benevolentes que hasta parecen sonreír cuando las acaricio, y llenan mis oídos de canciones dulces. Así mismo pueden ser crueles, con veneno y hambruna, traicioneras de mis más bellos momentos.
Son mi pasado, mis manchas, mis risas, los hilos que han forjado mi existencia hasta llegar a estas hojas.